Dos meses, tres, cuatro, diez años... te aseguro que llega un momento en el que es indiferencia lo que sientes. Comprendes que no es para ti, que realmente nunca lo fue. Y, finalmente, te sientes con fuerzas para afrontarlo todo, para levantarte sin miedo a caer, para mirarle a los ojos sin llorar, para verle con otra y que no te duela, para decir con la boca bien grande que pasas de él, que eres más fuerte que el y que todo lo has sentido y que lo has superado, que lo más importante en tu vida eres tú misma.
sábado, 12 de febrero de 2011
Dos meses, tres, cuatro, diez años... te aseguro que llega un momento en el que es indiferencia lo que sientes. Comprendes que no es para ti, que realmente nunca lo fue. Y, finalmente, te sientes con fuerzas para afrontarlo todo, para levantarte sin miedo a caer, para mirarle a los ojos sin llorar, para verle con otra y que no te duela, para decir con la boca bien grande que pasas de él, que eres más fuerte que el y que todo lo has sentido y que lo has superado, que lo más importante en tu vida eres tú misma.
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